POEMAS ONÍRICOS (I)
vertiginoso baile
que
gravita sobre mis pies,
y que pasen los segundos
y que pasen los segundos
y
que confluyan mansas las aguas
espero
paciente sentado, nervioso.
abundante
esperma de salvación,
un olor
a jazmín fresco en la mañana de manzanas derretidas,
babeo,
bajo el
limonero. Los potos y los blancolejos,
y las
azucenas, babeo.
el
recuerdo claro, pero he sentido otra piel viviéndolo,
otro
cabello al viento danzando y rozando casi mi cuerpo,
entre
él y yo un claro abismo, un cristal.
Qué
recuerdo de mañana fresca como el hielo
y las
manos congeladas y sonrientes, como el alma.
qué
fácil se reproduce en la cara el surco de la esperanza,
la
mueca de una fácil esperanza y una sonrisa quieta
como el
pensamiento de tenerla.
Y qué
fácilmente realizable es el acto de la avaricia
por un
cerebro contumaz.
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