miércoles, 5 de junio de 2013

POEMAS ONÍRICOS (II)


En el fondo del pantano
hay una mujer escondida,
en el fondo del pantano,
tras un muro de blanca piedra
una puerta entreabierta,
tras la mujer se proyecta.
En el suelo, piedras.
De un azul que centellea, 
y la mujer mira al suelo, mientras tiembla.
Tiene la cara llena de marcas,
sus ojos tristes.La puerta entreabierta.
Y entre ella y yo un muro de blanca piedra.
Un camino amarillo, como el azul que centellea.
A los lados del camino, del suelo que 
en mi cabeza se muestra, se alzan
como esqueletos muros de blanca piedra.
No puedo reconocer, entre tanto color
 de claridad cierta, las manos de la fémina:
un manto negro, azul, verde estucado; qué color,
no sé es el que porta su manto de 
imberbe fiera; un manto de fina hebra que 
solo deja ver su cabeza. Piel, de cerca.
Y los dientes me aprietan, observo a la mujer.
En el fondo del pantano, junto a un lecho 
de blanca piedra, hay una puerta entreabierta.
Veo flotar en mi cabeza, un azul que centellea
-no se le puede dar la vuelta
a lo que un espejo refleja-
De blanca piedra el manto azul
que tapa a la fémina.
Y de negro muerte el destino que le espera.
En el fondo del pantano,
mi cabeza sueña.



¿2010?

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