Es una estancia que recuerdo a diario.
Los versos, entrecortados. Los fragmentos.
poemas oníricos (III)
La noche tranquila
Las briznas de hierba juegan con mi piel
mientras el gran túnel se abre,
más y más,
sobre la verde primavera.
Estoy esperando,
paciente y libre.
Estoy fundiéndome
porque ya no hay tiempo,
salvo para ser todo.
En la noche tranquila,
los elefantes agitan sus trompas
barruntando un peligro cercano.
Antes de que las lenguas de hierro conversen,
mucho antes del fragor,
recordaremos.
En la noche tranquila irán sucediéndose,
a la luz de la luna,
en cada ola que levante el viento,
todos los minutos que pasamos juntos,
reflejados.
Y ni siquiera el tranquilo amanecer,
nos salvará.
2012
2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario